Llegamos a La Nava sobre finales de Noviembre de 1934 desde Villanueva de la Serena, fuimos en un coche de alquiler al mismo tiempo que los muebles que nos los transportó un camión, componiamos la familia mis padres, mi recién nacido hermano Luis, mi tía Leonor y yo, pues mi abuela paterna Maria Josefa marchó a Casas de Don Pedro a vivir una temporada con mi tío Juan José que se encontraba en dicho pueblo como Maestro Nacional.
Cuando llegamos al pueblo era ya casi de noche y, como entonces no había allí luz eléctrica , nos produjo bastante tristeza y recuerdo una frase que me dijo casi al oido mi tía Leonor "Manolito vámonos a Villanueva", pero aquella tarde-noche creo que pasó por la casa casi todo el pueblo a saludarnos y darnos la bienvenida y durante el año que estuvimos allí todo fueron atenciones por parte de los vecinos del pueblo.
Nuestro domicilio fué en casa de Manolín (así le llamaban en el pueblo), creo que su esposa se llamaba Dolores y tenian un hijo un poco más pequeño que yo cuyo nombre era Benito, el local de la escuela estaba en la misma casa en un salón que
tenia puerta de salida al patio, así es que el primer día de clase ya hice amigos allí, entre ellos me acuerdo de José(hijo de
Manuel y Tomasa), Santiago y Agustín (hijos de la Infanta) otro que se llamaba Valeriano y algunos más cuyo nombre no recuerdo.
El salón de baile lo tenían en aquella época Manuel y Tomasa y la música consistia en una pianola que tocaban con una manivela, yo como era muy amigo de José subia al baile con él y varias veces manejé dicha manivela. Frente a nosotros vivía Manuel Sánchez (El Flamenco) y también hicimos bastante amistad con él y su mujer que creo se llamaba Dolores,
tenían dos hijos, la mayor que se llamaba Maria Gracia y el menor Arístides. La dueña de la panaderia se llamaba Virtudes y yo iba algunos días a comprar el pan, me acuerdo que el pan de un kilo cotaba sesenta centimos y unos bollos pequeñosveinte centimos.
Cuando saliamos de la escuela nos íbamos a jugar a los riscos y soliamos deslizarnos por unas peñas que hacian pendiente,creo que la llamaban "ronderas", también jugábamos en los campos que hay al lado contrario de la carretera cerca del cementerio y a los caños del navazo que constantemente estaban echando agua. Todo esto era nuevo para mí, allí observé por primera vez como se hacian los ladrillos en una fabrica que tenía junto al cementerio un señor que se llamaba Calixto.
Al principio de mi estancia allí echaba de menos las cosas de Villanueva, tales como el cine, los paseos al parque con mi padre y abuela, los músicos que tocaban los domingos en el parque, las fiestas de Santiago y Santa Ana o San Bartolo, pero pronto se me olvidó todo, pues también tenia en La Nava más libertad para salir a jugar con los amigos y recorrer todos los campos y riscos de alrededor.
A mi familia le hacian bastantes regalos, en aquellos años había mucha caza por allí y en ocasiones nos regalaban perdices o conejos, tanbién en el tiempo de la fruta nos llevaban algunas cestas, sobre todo de higos que a mí siempre me han gustado mucho.
Estuvimos en el pueblo hasta Agosto de 1935 y quedamos bastante satisfechos de nuestra estancia allí, pues la verdad es
que las gentes eran y son maravillosas y tuvieron con nosotros un comportamiento ejemplar.
En años posteriores he efectuado visitas de varios días a La Nava, pues mi tía Leonor se casó con Diego Acedo Martín, natural y vecino del pueblo y siempre que fuí continué recibiendo atenciones por parte de los naveros, ya cuando llegue con mis vivencias lo continuaré explicando. También se puede ver mis vivencias publicadas el pasado año en la Wed de La Nava .- http://www.lanavabadajoz.com/.
Un cordial saludo para todos los naveros. Hasta siempre
1 comentario:
Manolo aún no he tenido tiempo de leer tu blog completo, lo haré tan pronto como tenga tiempo pero antes de nada quiero darte las gracias por esos buenos comentarios que dedicas a mi pueblo, al que adoro.
Saludos
Adelaida
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