Hace unos años se me ocurrió hablar a mi esposa Lola y a su familia de las excelencias del "ajoblanco extremeño" y muy particularmente de como se hace en la comarca de la Serena, tanto repetí lo mucho que me gustaba y las muchas veces que lo comíamos en Helechal, sobre todo en la época veraniega, que no tuve mas remedio que hacer uno abundante para que lo probase toda la familia y, tanto les apeteció comerlo, que ya tengo que hacerlo varias veces cada verano y lo consideran un plato excelente y exquisito.
El ajoblanco que mas me gustó a mi fue uno que comí en Monterrubio en casa de unas amistades de mi tío Diego y su mujer María, creo recordar que allá por el año 1987, lo que es el ajoblanco se hacia igual que el de Helechal (aceite, sal, vinagre, ajos, huevos y pan) y antes de servirlo en los platos picaban en cuadros pequeños tomates, pepinos, manzanas y trozos de pan.
Después según agrade se puede comer con embutidos, pescado frito o a la plancha, carnes y para los vegetarianos (que también los hay en la familia) con tortillas de patata, beregenas fritas, setas o champiñones.
En resumen, que todos los veranos disfrutamos en varias ocasiones del ajoblanco en familia.
1 comentario:
Era un plato que se comia cada día en verano, lo hacian con ajo (casi una cabeza) aceite, sal y vinagre, una vez hecha la masa se le agregaba agua y se picaba pan, mi tío Diego lo comia con un buen trozo de chorizo.
Yo también lo se hacer y me sale muy bueno, pero como Manolita no puede soportar el olor a ajo, me tengo que aguantar y no comer tan delicioso manjar
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